Tras la noticia de la restauración de la Virgen del Rocío, en la mañana de ayer mantuve una conversación con mi hermano en la que no nos poníamos de acuerdo. El tema en cuestión era que, sin estar la Virgen en culto habría o no gente en El Rocío, si se deberían de suspender o no el calendario de peregrinaciones… Muchos temas han salido a la palestra. En algunos hemos llegado a un punto en común, pero en otros no.
Uno en los que hemos estado de acuerdo ha sido que cada fin de semana, aparte de las filiales y no filiales que tienen su peregrinación extraordinaria, habría cientos de casas abarrotadas de jóvenes -y no tan jóvenes- celebrando despedidas de solteros o fiestas varias. Esa es la moda ahora. Antes se alquilaban casas rurales y ahora… casas en El Rocío. Un ratito después de colgar con él me llegaba un pantallazo anunciando una macro fiesta de Halloween en El Rocío, con grupito flamenco y bebidas de primeras marcas. ¿Halloween en El Rocío? ¡Lo que me quedaba por ver!
¿Quién le va a poner el cascabel al gato? ¿La policía? ¿El Ayuntamiento? ¿El propio pueblo? Las hermandades ahí poco pueden hacer. ¿A quién pedir responsabilidad? Recuerdo que ese fin de semana hay hermandades allí y tendrán que aguantar a aquellos que buscan en las marismas un rato de juerga y diversión. Dicen que la policía está sobre aviso y que el Ayuntamiento, el pasado mes de diciembre, tras una comisión de trabajo, aprobó una modificación del capítulo de sanciones aplicable en estos casos, qué incluyen multas a los inquilinos e incluso a los propietarios.
No soy quien para decirle a las personas que tienen o no que hacer, ni donde ir de fiesta. Sin embargo, sí que estoy en pleno derecho de pedir mi libertad de estar en mi «paraíso terrenal» disfrutando de la paz que siempre me ha transmitido, de esos momentos de soledad donde todo se pone en orden, donde he encontrado siempre la fuerza necesaria para afrontar el quehacer diario.
Entiendo que algunos vean negocio, pero no a costa del descanso de los vecinos y del bienestar de aquellos que buscamos en aquellas tierras de Huelva algo más que fiesta.