Querido lector de cruce de gallardetes:
Con asombro y extrañeza, observo, como poco a poco, va en aumento un sector del mundo cofrade, que al principio eran casos aislados, siendo hoy en día un objeto de estudio para las diferentes juntas de gobierno. Tampoco quiero ser alarmista con este articulo ¡no es mi intención ni mucho menos! Pero si quería aprovechar estas líneas que semanalmente se me brindan, para reflexionar en torno a su figura.
Cuando una directiva organiza cualquier culto o acto, se espera que acudan sus hermanos y los fieles en general. Y claro, como resulta de que al final todos nos conocemos, sabemos quiénes son los hermanos de nómina del respectivo “santo” y quienes por el contrario forman parte del rebaño. Pues bien, en esta línea, se observa como hay cofrades que participan de la vida activa de su ciudad y además lo hacen con alegría, viendo como las corporaciones se superan cada día, se organizan mejor los actos y con mayor solemnidad los cultos.
Los cofrades, verdaderamente hacen gala del nombre de Hermandad y se arropan, especialmente en momentos históricos. Pero también, arropan a los consejos o agrupaciones, instituciones de la iglesia y a cofrades que se asomaran al atril para proclamar la gloria de Dios ¡Esto es ser hermanos! ¡Alegrarse los unos por otros!
Vayamos ahora al título de este artículo de opinión “solo si soy yo quien ocupa el atril”, este es el resumen, de esos cofrades, que les importa tres pimientos que sea un acto importante para la familia cofrade de su ciudad, que se celebre una efeméride o simplemente los cultos habituales, solo van exclusivamente si son ellos los protagonistas del acto ¿Y sabéis que? Que es una pena, que la corporación que está detrás de esa persona, sufra las desganas y desinterés que esa persona genera en el resto.
Por supuesto que están los que solo van cuando son ellos los protagonistas y luego están los que solo van porque quiere que el sol solo salga para su santo y no para el resto.
Queridos amigos, estas actitudes no son sanas. No debemos de consentir que en nuestras juntas de gobierno tengamos cofrades con este perfil, pues estas, sufrirán el personalismo de ellos.