Un grupo de hermanos del Museo está recogiendo firmas para que la Virgen de las Aguas recupere definitivamente las manos entrelazadas. Así lo ha adelantado la sección cofrade del medio hispalense Mucho Deporte asegurando que ya se han recogido más de un centenar de adscripciones y añadiendo que la intención de la Junta de Gobierno de la corporación sevillana es convocar un cabildo de índole extraordinario para someter a la asamblea de hermanos esta cuestión si la recogida de firmas sigue creciendo.
Cabe recordar que el pasado mes de octubre María Santísima de las Aguas protagonizó una salida extraordinaria bajo palio para presidir la Misa de Clausura de la Misión Evangelizadora en la Plaza del Museo que ofició el Arzobispo de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses, procesionando posteriormente por la feligresía, el barrio de San Vicente y calles aledañas. Los hermanos, reunidos en Cabildo Extraordinario, aprobaron que María Santísima de las Aguas llevara en tal singular ocasión las manos originales entrelazadas que le modelara Cristóbal Ramos propiciando una imagen que aporta un mayor dramatismo a la singular y bellísima dolorosa que ahora este grupo de hermanos pretende recuperar de manera estable.
María Santísima de las Aguas es obra del escultor Cristóbal Ramos (1772), imagen de candelero que fue concebida para ir arrodillada delante del Cristo con las manos entrelazadas, con la posición conocida como el Stabat Mater, formando así parte del único paso que poseía la hermandad; según Bermejo y Carballo en su obra Glorias Religiosas de Sevilla, … una de las buenas de esta ciudad; ostentándose la Señora arrodillada, con las manos cruzadas sobre el pecho, y los ojos fijos en el cielo, en una actitud expresiva y devota.
Puede observarse que no porta corona, sino diadema, y habitualmente, un tul liso dispuesto al modo monjil, que resalta su natural belleza. La imagen destaca por su serenidad, naturalidad y realismo, que la hace cercana y genera gran devoción. En el banco del retablo mayor, a los pies de la Virgen de las Aguas, se encuentra el Sagrario, diseñado por Manuel Guzmán Bejarano y realizado en plata por Juan Borrero en 1982, con esculturillas de Rafael Barbudo que representan a San Pascual Bailón, a Santa María Micaela del Santísimo Sacramento y la Ascensión del Señor en el ático. El rostro de la dolorosa está realizado en terracota, es la única Virgen dolorosa sevillana de dicha materia que sale en procesión durante la Semana Santa. A lo largo de la historia, se le han realizado varias restauraciones, en 1829 se le realizó la más significativa trastocándose su posición primitiva de dolorosa arrodillada y estar erguida.
En 1880 fue restaurada por Manuel Gutiérrez Cano Reyes que retocó la imagen y la sometió a una limpieza en la policromía. El año 1922 se llevó a cabo la iniciativa, tantas veces acariciada, de sacar la imagen de la Virgen en paso propio de palio. Con tal fin fue restaurada en una importante intervención por el escultor Antonio Infantes Reina. Ello tuvo como consecuencia la construcción de un nuevo candelero para mostrarla de pie –si bien para el altar conservó de momento el que la mantenía genuflexa y orante -; también se llevó a cabo el tallado en madera de unas manos que sustituyeron las anteriores entrelazadas, que la Hermandad conserva todavía. En 1962 se le realiza nuevo candelero obra de Sebastián Santos Rojas, el cual modifica la posición del cuerpo variándole su inclinación. La última restauración fue realizada en el año 2000 por Francisco Berlanga.