Que el capataz Juan Berrocal es un nombre esencial en el mundo del llamador de la ciudad de Córdoba es una verdad irrefutable perfectamente contrastada y apoyada en la impecable trayectoria que ha desarrollado a lo largo de toda su carrera al frente de diversas cuadrillas, siempre con un extraordinario éxito.
Creador del inconfundible estilo de la cuadrilla de Humildad y Paciencia, -no en vano su nombre permanecerá unido para siempre a la historia de la corporación capuchina- la labor desarrollada a lo largo de toda su vida permiten situarlo en el podium de los capataces más importantes de las últimas décadas de la Semana Santa de Córdoba.
Este Viernes Santo otro Berrocal, Juan Luis Berrocal, debutaba como capataz titular en la Semana Santa de Córdoba, cómo responsable de la cuadrilla de la Virgen del Buen Fin, la bellísima dolorosa de la Hermandad del Descendimiento, si bien lleva ejerciendo esta labor desde hace años junto a su padre y más en concreto como responsable de la cuadrilla del paso de palio de la Virgen de la Alegría, titular mariana de la Hermandad del Resucitado donde Juan Berrocal es capataz general de la cofradía.
En el transcurso de la salida procesional, más concretamente en el Puente Romano, al regreso de la Santa Iglesia Catedral donde la cofradía del Campo de la Verdad realizado estación de penitencia ante el Santísimo, se ha producido un momento cargado de especial emotividad cuando Juanlu Berrocal ha cedido el martillo a su padre para que realice una emocionante levantá. Un instante que ha quedado recogido por el periodista Alejandro Aguilar en el siguiente documento gráfico.
Un momento para el recuerdo en el que vuelve a quedar constancia, por si alguien todavía lo desconocía, el inmenso caudal que brota de la voz de Juan Berrocal. Un capataz con una personalidad arrolladora cuya mera palabra es capaz de hacer levantarse a las piedras. No pierdan detalle.