Cruz de guía, Opinión

Cruz de guía | Cap. 3: La savia siempre nueva

Este es el tercer capítulo del que quiero que sea una travesía de ideas que aboguen por la renovación necesaria de la Semana Santa de Linares, su necesaria adaptación a la época en la que transita y la esencial labor de reenganchar a las personas a las hermandades y cofradías. Un camino que no solo descubrirá los puntos débiles, sino también los fuertes de la ciudad que vio nacer al padre del estilo de cornetas y tambores, que fue cuna de las cuadrillas de costaleros en la provincia y que posee un tesoro musical inigualable.

En esta edición del semanal Cruz de guía quiero poner el acento en la necesaria revitalización de nuestra Semana Santa de la mano de los más jóvenes. Un rejuvenecimiento que es imperativo en muchas de las áreas de nuestras hermandades ante la alerta que se produce cada año por la falta de material humano en secciones como las mermadas filas de nazarenos y las desgastadas cuadrillas de costaleros. Una cuestión que supone un gran quebradero de cabeza a la hora de configurar los cortejos y que necesita de la generación de esa savia nueva que reproduzca ese relevo generacional que ya se vivió en la década de los 80 y 90.

Por consiguiente y de cara a poder llevarlo a cabo, surge una práctica muy extendida en otras ciudades que ha dado sus frutos en la adquisición de esa renovación tan ansiada, que no es otra que la colaboración en proyectos con centros docentes. Un ejemplo muy claro de este fenómeno, es la proliferación de cofrades en el seno de uno de los colegios más genuinos de la ciudad como es el Centro Salesiano de San Agustín, el cual mantiene actividades cofrades durante todo el año, amen de la colaboración y participación en la salida procesional de María Auxiliadora cada mes de mayo o de San Juan Bosco en el mes de enero. Una entidad integrada en el día a día de la ciudad como lo estuvieran, en su día, las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia con la efectuación de proyectos como la salida procesional de la “Real e Ilustre Hermandad y Cofradía del Stmo. Cristo de la Compañía de Jesús y Ntra. Madre y Sra. de Loyola” en la que niños y mayores convivieron en una “estación de penitencia” a lo largo del patio principal del centro.

A la cabeza me vienen, también, aquellos años en los que el Colegio Sagrado Corazón montaba su cruz de mayo en el patio del colegio con la que consiguió importantes premios en el tradicional concurso que cada año convoca el ayuntamiento. Ejemplos que, de buena pluma, sirvieron para introducir a gran cantidad de jóvenes en el bello mundo de las hermandades y cofradías y que emanan en gran parte de la escuela religiosa tan imperante en la ciudad.

Es por ello, que esa necesidad que fustiga a la ciudad de alcanzar una renovación en las generaciones de cofrades debe de ser tenida en cuenta por muchas cofradías que adolecen de la savia necesaria que, a su vez, produzca la regeneración de las cuadrillas de costaleros y las filas de nazarenos, así como los cuerpos de acólitos y portadores de insignias.

Así pues, de los 30 centros docentes que existen en la actualidad en la ciudad, un 20% son de carácter religioso lo que podría suponer un inicio en cuanto al trabajo conjunto al que podrían unirse el resto de centros docentes -tanto públicos como concertados o privados no religiosos- que lo deseen.

La gran ventaja de esta iniciativa tiene que ver con el posicionamiento en el mapa de los colegios concertados religiosos con respecto a las Iglesias que acaparan alguna hermandad penitencial, las cuales configuran una cifra total de 5. Y es que estos centros se localizan en distancias muy próximas a las diferentes parroquias por lo que todas las cofradías podrían verse beneficiadas en esta colaboración.

Ejemplos de ello sería la disposición de dos de los centro más numerosos -Presentación de Nuestra Señora y el Colegio del Sagrado Corazón- con respecto al templo mayor de la ciudad, la Basílica de Santa María la Mayor, enclave en el que se encuentran establecidas el mayor número de cofradías de la ciudad (un total de 4 reconocidas canónicamente y un grupo parroquial). En el caso de las dos cofradías que se encuentran integradas en la Iglesia de San José, la opción más factible sería encauzar relaciones con el colegio de la Sagrada Familia, situado en las inmediaciones de la Parroquia. Otro ejemplo sería el proseguimiento de las relaciones entre las dos cofradías y del grupo parroquial establecidos en la Iglesia de San Agustín y el colegio Salesiano San Agustín, así como la colaboración de las dos hermandades y instituidas en la Iglesia del cercano barrio de Santa Bárbara con esta misma parroquia.

Sin embargo, el caso de la Iglesia de San Francisco se topa con la lejana situación de los centros docentes de carácter religioso, aunque si podría valerse de otros centros de carácter laico que deseen, por supuesto, establecer sinergias con las cofradías de la ciudad. Así pues, redundaría en la mejora de las relaciones con un ente tan vertebrador y asociacionista y claramente instituido en la sociedad linarense.

De cara ejecutar dichas sinergias sería lícito establecer la consecución de proyectos -escolares o extraescolares- de naturaleza cooperativa que pueden resumirse en el surgimiento de las llamadas procesiones infantiles, la creación de secciones musicales -como ya se llevara a cabo, con gran éxito, en la Hermandad de los Estudiantes con la constitución de la banda salesiana de cabecera- la confección de talleres cofrades entre otras iniciativas, como la creación de cruces de mayo infantiles o juveniles, así como multitud de actividades de promoción cofrade que recrearían una situación de hermanamiento, colaboración y crecimiento en el estudiantado de nuestras escuelas.

Todo ello comportaría, a su vez, una regeneración del tejido juvenil tan mermado y desconectado de la Semana Santa en una ciudad desgastada por las diferentes crisis que se han sucedido a lo largo del transcurso de este siglo y que, de buen seguro, podría dar grandes frutos en la puesta a punto de la Semana Santa y en la vida de hermandad que tan demandada es por las cofradías.