Querido lector de Cruce de Gallardetes:
Debo de reconocer, que esta primera semana de Cuaresma se me pasó volando entre los dedos y como vosotros, estoy exprimiendo todo aquello que se anuncia en el calendario. Bien es cierto que durante todo el año, nuestras corporaciones nos ofrecen multitud de cultos y actos, pero los de este tiempo son diferentes.
El primer fin de semana de Cuaresma lo viví en la capital hispalense, donde pude contemplar como los sevillanos viven este tiempo penitencial. Uno de estos rituales de la Cuaresma, son los besapies o besamanos que se le rinden a los sagrados titulares, todos ellos, entronizados en solemnes y piadosos altares que en muchos casos, rozan lo sublime.
Pues bien, sabía por adelantado, que en algunos de ellos, tendría que hacer cola, pero, lo que no sabía, era que la cola se hacía tanto de rogar debido al postureo de los cofrades. Indudablemente tenemos que aprovechar todas las herramientas que se nos ofrecen para acercar a los fieles a Cristo y su Santísima Madre, pero creo que también, las juntas de gobierno debemos de decir un basta ya ante determinadas acciones o modas.
Los besapies, son un momento íntimo, una oportunidad para ver de cerca las imágenes, para rezar contemplándolas a tan solo unos centímetros, de orar en un ambiente sagrado. Hasta ahora, uno asistía a un besapies y la gente aguardaba su turno impaciente y cuando le tocada, besaba la imagen, la mirada y se santiguaba en unos segundos, solo se rezaba, si no había nadie en la cola. Pues bien amigos, ahora, tenemos que esperar a que los cofrades se hagan su foto besando la imagen en modo postureo luego subirla a sus redes sociales.
Creo, que estas modas, que no dudo que sean con buena intención, restan más que suman. Los besapies son para lo que son y las juntas de gobierno, debemos de ser las primeras en parar esta moda antes de que sea más tarde. Nosotros mismos, tenemos que ser los primeros en exigir respeto y hacernos valer, pues de lo contrario, flaco favor nos hacemos. ¿Es necesaria la fotografía? Mejor rezar por alguien que le haga falta, cada cosa, en tu contexto.