Semanas atrás nos despedimos de la semana más grande del año para los cofrades; comenzamos una nueva Cuaresma, la Cuaresma de un largo año (habrá quienes me entiendan). Pero siempre hay cosas que no deberían pasar, faltas de respeto que muchas veces pasan el límite.
Hace unos años, escribía lo siguiente:
Primeramente, sigue la moda de las sillas en el acerado, esperando la procesión, entorpeciendo el paso de la gente. Pero si solo fuese esto, medio que podría tener un paso. En esta Semana Santa 2018 he visto cosas que jamás había visto: gente esperando la procesión tumbados a lo largo de la calle fumando cachimbas, por favor, ¿en serio? Al mismísimo carajo el respeto, el civismo y todo lo demás.
Por otro lado, se sigue cruzando por mitad de las bandas, quizá sin ser conscientes de lo que puede causar un golpe en el instrumento de algún músico. Por cierto, y si esto se da, ¿dónde está el respeto de disculparse o preocuparse por el músico? Recuerdo haber leído una noticia de un altercado en la Semana Santa de Córdoba, con un músico de la banda de la Esperanza. ¿Se debe permitir que pasen estas cosas? ¿Falta seguridad en los cortejos? Un año de trabajo no se puede ver chafado porque un/a iluminado/a así lo quiera.
Recientemente, hemos visto como en la Semana Santa, y después en las glorias, la gente sigue faltando el respeto, cruzando por las filas incluso llegando a retar a los componentes. Y mi pregunta es: ¿no hay solución alguna?
Si un músico actúa con la misma mala praxis, seguro que estaría mal visto. Entonces, a los altos cargos, ¿protegemos a los músicos o seguimos con esta línea?
Un poco de reflexión por favor.