Con la venia, Córdoba, Opinión

Nuestra Independencia

​Hoy permítanme ustedes que les hable de un medio de información no sólo hecho con dignidad, sino muy necesario. Un grupo humano y una redacción que lleva a cabo un trabajo con sólo una hipoteca; la que debe a sus lectores en la constante búsqueda de la noticia verificada y desde fuentes siempre fiables, y que cuenta como gran aval en su quehacer el no doblegarse a grupos de presión, a mandatos de las alturas, o intereses económicos… todos no pueden decir lo mismo. 

En el mundo de la Posverdad y el postureo que otros practican aquella forma de actuar tiene un precio y es asumida. Una independencia que molesta a ciertas capillitas alrededor de determinados personajes.

No, Gente de Paz va a luchar hasta la extenuación por conservar ese tesoro que es su acrisolada independencia, que es su garantía ante todos aquellos que nos leen, y nos siguen.

No es fácil ser cristiano, ni cofrade en estos días, por eso no nos vamos a arredrar cuando hablen mal de nosotros; no porque creamos que lo importante es que hablen, sino porque sabemos que las habladurías provienen de los que odian la independencia de personas que adoran y quieren este mundo de las hermandades y cofradías.

No somos héroes, nada más lejos de nuestra realidad, ese concepto lo dejamos para los hermanos, perseguidos, verdaderos mártires contemporáneos que en estos días visita Su Santidad en Egipto: Pero tenemos palabra, una palabra que empeñamos cuando empezamos esta empresa, con nuestros lectores.

Y a ustedes me dirijo, gente de paz estará contra las tinieblas de los conciliabulos, contra los conspiradores de salón, y los que quieren dictatorialmente hacer pasar su forma personal de hacer las cosas en la única deseable.

Nuestra independencia es una garantía de una voz insobornable, una ventana abierta contra el mal olor de ciertos vicios, una mano que se alza para ayudar a construir un mejor universo cofrade sin perder unas esencias que creemos irrenunciables, por ello vamos a estar donde seamos necesarios pero también incómodos; y estaremos mientras que ustedes, los lectores, lo quieran así, que nadie tenga dudas sobre eso.