Somos atacados

Para escribir estas lineas me puse como condición que pasaran unos cuantos días, para no dejarme llevar por una mala conseja de un sentimiento de ira que sin disiparse puede convivir a estas horas con una debida reflexión, poniendo distancia suficiente ante los graves sucesos acaecidos en la gala maldita del carnaval de Las Palmas

Todos saben a qué me refiero, no escribiré el nombre del sujeto que hizo publico escarnio y befa de los elementos más sagrados de nuestra Fe, no le haremos ese favor a un elemento que desde primera hora fue su intención escandalizar, hacerse famocillo, salir en platós de televisión y ganar una pasta gansa; ha conseguido buena parte de lo que anhelaba y va camino de hacerse con lo demás

Es fácil atacar al catolicismo en nuestra descreída, neoliberal, y decadente sociedad, y hasta es lógico que se le ataque, no puede ser baladí que la oscura gala fuese retransmitida por una televisión pública; nuestros valores de amor al prójimo son la antítesis de sus predicamentos

El humor, la chabacanería, no pueden ser nunca excusas para atacar un sentimiento religioso que es ampliamente compartido por los ciudadanos que vivimos en este país, y el respeto a sus creencias religiosas es un derecho inalienable del ser humano. Todo éllo sin embargo no es óbice para que el cristianismo sea continuamente ridiculizado en medios informativos, espectáculos de variada índole, en instituciones públicas de enseñanza, etc. pero comprendamoslo esos ataques no son hechos sobre un ente vaporoso y no señalable. Esos ataques se producen contra cada uno de nosotros. Y ahí es donde no logro desentrañar el por qué de nuestra mansedumbre, de nuestro desdén para tomar las medidas necesarias para que hechos así no sigan produciéndose. Como cofrade es doloroso, muy doloroso que no sólo se haya atacado a Cristo Crucificado y a su Bendita Madre María, sino que el medio para injuriarles haya sido el ataque frontal contra un sentimiento a la hora de alabarles, de honrarles, y de rezarles. Se ha atacado nuestra religión popular, nuestros capirotes han sido vejados, nuestros pasos ridiculizados, nuestros tronos maltratados; se ha utilizado la Semana Santa para mofarse de lo más sagrado.

Por soñar, porqué no, me hubiera gustado una carta de las hermandades y cofradías de toda Andalucia, pidiendo un desagravio, exigiéndolo, no por ellos, sino por aquello que da sentido a todo nuestro quehacer, a lo único que le otorga sentido. Diré más, en nuestro entorno se hacen miles de llamamientos para objetivos que resolver y ayudar, muchos de ellos económicos. ¿ No hubiera sido menester que todas esas hermandades mancomunadamente hubieran sido los promotores de una querella contra los culpables del desafuero del que fuimos objeto, que se hubieran abonado los honorarios de los mejores abogados para tal fin?…soñar es gratis. Recuerdo que si no está en las reglas de cada corporación si está implícito en el espíritu de ellas defender nuestro Fe, nuestra religiosidad, nuestra forma de vida y costumbres

Si el respeto no se da, habrá que ganarlo exigiéndolo.