Querido lector de cruce de gallardetes:
Bendita Cuaresma estamos viviendo un año más, acercándonos a Cristo a través de su pasión y mirando con esperanza su gloriosa Resurrección que está por llegar y con la que todos renaceremos.
Estos días, estos llenos de rituales de siempre, donde aumentan los lazos de unión entre nuestra familia cofrade. En estas noches de cuaresma, que nunca quisiéramos que acabaran, las labores de limpieza de enseres cobra especial protagonismo, pues, aunque es cierto que después de la pasada Semana Santa fuimos muy buenos y dejamos nuestros enseres en perfecto estado, siempre hay muchas cosas pendientes por hacer y otras tantas, pendientes por repasar.
Llega el momento de reunirse en las cocheras o casa de hermandad y limpiar plata. Esa plata con la que resplandecen más nuestros enseres, las de las canastillas de los pasos procesionales y también, aquello que no es plata, pero que se limpia con el mismo mimo y cuidado.
Estas noches, son especiales, pues brindan momentos de verdadera Hermandad. Sirven para conocer a nuestros hermanos, compartir inquietudes, historias de amor hacia titulares y confraternizar en tertulia hasta bien entrada la madrugada. Aprovechemos estas noches de Cuaresma y en estos sueños de plata, abrasémosla para que jamás se marche.