El Cirineo, Opinión

El Cirineo | Una propuesta de nueva Carrera Oficial para la Semana Santa de Córdoba

El pasado Domingo de Resurrección, en el tradicional artículo dedicado a las luces y las sombras de la recién terminada Semana Santa de Córdoba, formulaba el que, a mi juicio, es uno de los más graves problemas que acucian a la semana más hermosa del año en la ciudad de San Rafael, el trazado de la Carrera Oficial, que convierte el propio itinerario común, así como los accesos y las vías de salida, en una auténtica ratonera, que provoca que muchas cofradías deban discurrir unas detrás de otras propiciando enormes masificaciones de público que esperan a pie quieto, o lo que es mucho peor, sentados en sillitas portátiles, durante horas, el paso de las cofradías por puntos como el entorno de la Cruz del Rastro. Una verdad irrefutable que provoca retrasos, puede generar un grave problema de orden público y que incluso, el pasado Lunes Santo, obligó a intervenir a la policía para que la Cofradía del Remedio de Ánimas pudiese llegar a la Carrera Oficial.

En el citado artículo me preguntaba en voz alta si realmente era preciso que la Carrera Oficial comenzase en la Puerta del Puente, dejando meridianamente claro que no barajo en absoluto otra opción que una Carrera Oficial que culmine con una estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. Algunas voces, en buena lid, se trata de ser constructivos, no hablar por hablar, respondieron a mi artículo solicitándome una propuesta. Como se trata de aportar y de mejorar entre todos he aceptado el reto y me he permitido hacer un esbozo, que no es más que eso, una idea -ni mejor ni peor que otras; envíennos las suyas y nos haremos eco de ellas-. Un punto de partida sobre el que se podría profundizar y elaborar un estudio concienzudo, desde el punto de vista de la seguridad y también el económico, puesto que habría que sopesar si en aras de tener una Carrera Oficial con un trazado mucho más bonito para el caminar de los pasos -esto es indiscutible- y mucho más liviano para el esfuerzo de cortejos y, sobre todo, de costaleros -esto también lo es-, estaríamos dispuestos a renunciar a un buen número de palcos de la Carrera Oficial para sustituirlos por sillas.

Mi propuesta de Carrera Oficial tendría como ventaja evidente que dispondría de cinco posibles accesos al palquillo de entrada, que se situaría al comienzo de la calle Cardenal González. De este modo las cofradías podrían acceder a este punto desde la calle San Fernando, desde la calle Lucano, y desde la Cruz del Rastro lugar al que se podría llegar, bien desde el Paseo de la Ribera, bien desde la Ronda de Isasa o bien desde el Puente de Miraflores. De este modo se repartiría el público entre cinco vías de entrada diferentes.

Desde el palquillo de entrada, en la calle Cardenal González, la Carrera Oficial proseguiría por Magistral González Francés y la Plaza de Santa Catalina. A partir de la puerta homónima se accedería al Patio de los Naranjos y desde ahí al templo mayor de la Diócesis, justo en sentido contrario al actual, para abandonar el Patio de los Naranjos por la Puerta del Perdón donde concluiría la Carrera Oficial, lo que permitiría a las cofradías optar por diversos caminos de regreso: 1. Cardenal Herrero, Torrijos, Plaza del Triunfo, Puerta del Puente, Puente Romano o Ronda de Isasa; 2. Cardenal Herrero, Torrijos, Amador de los Ríos, Doctor Fleming; 3. Cardenal Herrero, Manríquez, Tomás Conde, Doctor Fleming; 4. Cardenal Herrero, Deanes. ¿Menos palcos? Qué duda cabe. Estos podrían situarse en los dos ensanches existentes en la Calle Cardenal González, en Magistral González Francés (pocos), en la Plaza de Santa Catalina, en el Patio de los Naranjos y a la salida de la Puerta del Perdón. El resto, sillas, al estilo Sierpes. Hay un tramo de unos metros de Cardenal González que seguramente no admitiría ni sillas pero si se mejora el conjunto, ¿no merecería la pena esta carencia?

Ya sé que no es una solución perfecta, ninguna lo es, toda vez que la Catedral de Córdoba no está en el centro de la ciudad sino enclavada en una Judería y a las orillas del río. Pero se trata de mejorar lo que tenemos y eliminar los graves problemas que derivan del trazado actual. La pregunta que nos debemos hacer es si mejora a la actual Carrera Oficial, desde el punto de vista de la seguridad, de la recuperación de enclaves mágicos, prácticamente perdidos como las calles Deanes y Conde y Luque, de evitar trenecitos de cofradías, con el perjuicio que ello implica en materia de retrasos y, por ende, para cortejos y costaleros, desde el punto de vista de una Carrera Oficial infame para las cuadrillas costaleras, que siempre tira hacia arriba y es horrible estéticamente, sobre todo para el caminar de los pasos de palio, y desde el prisma de buscar itinerarios diferentes para una Semana Santa en la que, actualmente, muchas cofradías discurren, sin pena ni gloria, por itinerarios insulsos y muy similares.

Probablemente esta opción implicaría modificar el orden de paso actual, no perdamos de vista que habría que intentar alternar los recorridos de entrada y de salida de la Carrera Oficial para evitar esas secuencias de cofradías. Pero quien algo quiere, algo le cuesta. Y no olvidemos tampoco, que a lo que no debemos renunciar jamás es a la Catedral. Tal vez sea el momento de que organismos y hermandades se sienten para buscar soluciones, antes de que un ayuntamiento de un color menos propicio para nuestras cosas nos diga un día que, por razones de seguridad ciudadana, hay que renunciar a la Catedral, que algunos ya se están frotando las manos esperando a que pase algo gordo. Quien no arriesga no gana. Arriesguemos y mejoremos lo que tenemos, con esta u otra solución -hagan la suya-. Por el bien de la Semana Santa de Córdoba.