Como cada año cuando la Semana Santa llega a su ocaso, y continúa vigente el sabor dulce o amargo de las cosas vividas, es momento de hacer balance, destacando las luces y las sombras que a nuestro juicio ha deparado la semana más hermosa del año. Una de las luces más importantes ha sido no tener que estar pendiente de la meteorología. Una cuestión en absoluto baladí, considerando los años precedentes que, pese a no ser responsabilidad de los actores que conforman la Semana Santa, conviene destacar. Ojalá los años próximos podamos disfrutar de un clima similar.
Y a una gran luz, una gran sombra, achacable en principio a la mala fortuna: la ausencia del Resucitado en la salida procesional del Domingo de Resurrección por un fallo mecánico del sistema de elevación del Señor. Y decimos en principio porque hay quienes apuntan que la intención de la Hermandad era no salir a la calle sin su titular cristífero y que solo la mediación de la Agrupación de Cofradías y de Palacio han hecho que el cortejo procesione sólo con el paso de palio. Voces que también indican que la hermandad se llegó a plantear usar una parihuela para portar al Señor, pero que la premura de tiempo lo ha hecho de todo punto inviable Un extremo que no hemos podido confirmar, de momento, pero que sería conveniente que la hermandad aclarase, para evitar las críticas que han recibido por parte de quienes no han entendido que la cofradía salga a la calle sin el Señor.
Ya entrando en materia, son muchos los aspectos positivos a destacar en distintos ámbitos. En el aspecto musical disfrutamos en Córdoba de un importante ramillete de formaciones musicales, algunas locales y otras venidas de fuera, cuyo elevadísimo nivel merece ser subrayado. Entre las primeras han brillado con luz propia la Banda de la Salud, sencillamente espectacular, especialmente el Miércoles Santo, la Agrupación Musical Redención de Córdoba, una fija entre las luces de la Semana Santa de la ciudad de San Rafael, Coronación de Espinas, cuyo dulcísimo estilo, no siempre comprendido por el gran público, es digno de todo elogio, y la Banda de Música de la Estrella, que ha experimentado una impresionante evolución en los últimos años. Entre las bandas foráneas, sin que nadie se enfade y dentro de un muy buen nivel generalizado con algunos borrones, queremos destacar especialmente el impresionante nivel musical demostrado por Pasión de Linares y tres bandas de música, la Banda de Coria, la Banda de Alcalá y la Banda de Arahal. Todas ellas formaciones musicales que pueden tocar en cualquier Semana Santa.
En el ámbito del costal merece ser destacada por encima del resto, la labor de capataces como Luis Miguel Carrión “Curro” y David Arce, dos fijos cada año en este apartado, a los que habría que sumar a Enrique Garrido, especialmente tras el paso de palio de la Virgen de la O, a Carlos Lara, muy destacable en general pero sobre todo al frente del misterio de Nuestro Padre Jesús de la Redención, Javier Santiago, que continúa haciendo crecer a la cuadrilla del Rescatado año tras año, Ángel Carrero, que ha sabido dotar de un andar impecable al Señor de la Caridad, Pepe Fernández, un maestro que ha decidido decir adiós al martillo dejando a la cuadrilla de la Merced en lo más alto, y Rafael Giraldo, que ha recuperado a la Estrella para Córdoba. No han sido los pasos que mandan estos capataces los únicos que han dejado maravillosos instantes para el recuerdo a lo largo de la Semana Santa, qué duda cabe. Pasos como el palio del Buen Fin, el paso de palio de la Piedad, o el misterio de la Santa Faz han generado también muchos comentarios positivos, pero lamentablemente hay que elegir.
Mención aparte merece el incidente que protagonizó el paso de palio de la Virgen del Rosario a la salida de San Pablo. Lo ocurrido fue un error, sin discusión. Pero hasta el mejor escribano hace un borrón. Cebarse con Jesús Ortigosa por este suceso es ventajista e injusto. El mundo de los capataces está hecho para valientes y solamente quienes tienen lo que hay que tener son capaces de asumir la responsabilidad de sacar un paso a la calle salvo que se sea un inconsciente. Dirigir cualquier maniobra complicada entraña un incuestionable riesgo. El Viernes Santo salió mal, pero la labor de Ortigosa al frente del segundo paso de la Cofradía de la Expiración es impecable desde que asumió el cargo. Un capataz valiente a la hora de afrontar retos y que ha demostrado su valía al frente de un buen número de pasos de Córdoba. Y un error no puede dilapidar su magnífica trayectoria.
También las sombras son múltiples y variadas. Algunas de ellas achacables a las hermandades y otras a la Agrupación de Cofradías y otros agentes externos a las propias corporaciones penitenciales. La gestión de redes sociales perpetrada por el máximo órgano de representación de las cofradías cordobesas ha vuelto a ser pésima. Una información prácticamente inexistente. Sin detallar absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo cuando la Agrupación de Cofradías dispone de todos los medios para mantener informado a todo el pueblo de Córdoba. Porque más allá de expresarse como un indio sioux, sin artículos, o con palabras sueltas, no se puede tuitear diciendo que se han producido retrasos por una intervención sanitaria sin dar mayor información al respecto. Dedíquenle un poco de tiempo a comparar lo que hace la Agrupación de Córdoba en este ámbito con lo que hacen los Consejos de Sevilla o Jerez por poner dos ejemplos y saquen sus propias conclusiones.
Los cortejos siguen siendo el talón de Aquiles de las cofradías cordobesas. Salvando a algunas muy contadas los cortejos andan en Córdoba lento y mal. Especialmente en las cofradías que no son de ruán aunque hay alguna de estas que tampoco se salva. Resulta incomprensible que continúen pasando por un punto nazarenos separados varios metros unos de otros. Incomprensible y exasperante. Y mucho más inaudito es escuchar a diputados de tramo mandándoles separarse aún más de manera sistemática. El colmo es llegar al punto de separar a los niños, en lugar de llevarlos juntos pasándolo bien, que a esas edades es de lo que de trata, de disfrutar saliendo de nazarenos con sus amigos, y no de que parezca que están protagonizando un pase de modelos.
Hay honrosas excepciones, evidentemente, como el cortejo del Prendimiento o el de la Sentencia, por destacar a los dos más relevantes. Puede que en algún punto de su itinerario no fuese así, no podemos estar con todas las cofradías en todas partes. Pero allí donde las vimos era una delicia contemplar a sus nazarenos, juntos, elegantes y andando como se debe. Nada de carreras ni cortes o parones insoportables. Otras cofradías en cambio no aprenden nunca por más tiempo que pase y por más veces que se destaque, para mal, su deambular por las calles de Córdoba. Relacionado con este asunto hay que destacar, negativamente los retrasos sufridos por algunas cofradías, en particular el Lunes Santo. La opacidad de la Agrupación de Cofradías no ha permitido dilucidar fehacientemente dónde estuvo la causa que los provocaron pero las consecuencias saltaron a la vista.
El producto, por llamarlo de algún modo suave, que ofrecen las televisiones locales cordobesas es otra de las sombras recurrentes que nadie parece saber iluminar. Comentarios absurdos que no aportan absolutamente nada y una realización deleznable convierten en todo un ejercicio de paciencia espartana -una verdadera penitencia- ver cualquiera de las retransmisiones de la Semana Santa de Córdoba. Y eso que algunos, después de muchos años, parecen haber entendido que hay que callarse cuando suena una marcha. Sólo algunos, claro. El resto, no. No se puede meter una cámara a dos metros de un paso. Para sacar un primer plano de la mano del capataz cuando llama, bueno. Pero después, lo que un cofrade quiere ver es como anda el paso de palio o el misterio, no la pestaña de un pertiguero. Quiero creer que las cámaras de las televisiones locales disponen de zoom. Por favor, usenlo… por lo que más quieran.
Dos sombras íntimamente relacionadas que se ciernen sobre nuestra Semana Santa y que podrían terminar siendo un problema crónico si no se ataja de inmediato son los itinerarios de las cofradías y el trazado de la Carrera Oficial. Pocos cofrades dudan de que litúrgica y estéticamente la Carrera Oficial debe concluir en la Santa Iglesia Catedral. Pero, ¿realmente es imprescindible que comience en la Puerta del Puente? ¿Nadie se ha parado a analizar que el trazado actual limita absolutamente los itinerarios de ida y vuelta de las cofradías? Por no hablar de que una Carrera Oficial que tira siempre hacia arriba es muy perjudicial para las cuadrillas costaleras. La actual Carrera Oficial ha provocado itinerarios de ida y vuelta insulsos, carentes de interés estético y peligrosos porque hay enclaves que se han convertido en una auténtica ratonera como las calles del entorno de la Cruz del Rastro, una auténtica locura de masificación en muchos momentos de la Semana Santa. Todo ello porque por este punto transcurren, como si de un trenecito se tratase, muchas cofradías, una detrás de otra, toda vez que no hay más salida posible que esa. Catedral, sí, pero hay que darle una vuelta al trazado de manera urgente para que las cofradías dispongan de muchas más alternativas para ir a la Carrera Oficial y regresar a sus sedes canónicas.
Este es un asunto capital. Nos estamos cargando la Semana Santa. Hemos perdido muchos puntos de paso que antes eran importantes y que ahora han desaparecido de los itinerarios para sustituirlos por calles carentes de interés convertidas en meros scalextrics de Cofradías. Debe analizarse este asunto a la mayor brevedad posible y encontrarse una solución antes de que ocurra algo grave. Claro que la actitud de cierta parte del público influye negativamente en este asunto. La creciente aparición masiva de sillitas en determinados enclaves críticos se ha convertido en un problema que requiere ser atajado de inmediato. Sería conveniente que las propias cofradías hagamos lo necesario para subsanarlo, por ejemplo evitando estas secuencias de Hermandades unas detras de otras de las que hablábamos. Y que lo hagamos antes de que desde otras instancias, por cuestiones de seguridad ciudadana, nos impongan cambios.
Vamos a concluir este análisis con un tema un poco más trivial: la puesta en escena de los miembros del cortejo civil que conformaban la procesión del Santo Entierro el pasado Viernes Santo. Si la etiqueta que marca la cofradía exige vestir chaqué, hay que ponerse chaqué y si no, mire usted, quédese en el palco o en su casa. Donde fueres haz lo que viernes, dice el refrán. Aplíquense el cuento y alquilen uno para el próximo año. La Hermandad del Sepulcro agradecerá el gesto y nosotros, también. Una sombra que se une al resto de las que hemos destacado y que probablemente no hayan sido las únicas que se han cernido sobre la Semana Santa de 2023 que ya forma parte de la historia. Sombras que destacamos con el ánimo constructivo de que sean subsanadas en el futuro con el objetivo de aspirar a la excelencia, que de eso se trata, ¿no?