La Junta de Gobierno de la Hermandad de la Misericordia de Córdoba ha convocado a sus hermanos a la celebración de un cabildo general de carácter extraordinario que se celebrará el próximo día 8 de julio, miércoles, a partir de las 20:30, en la Basílica de San Pedro. El orden del día del mencionado Cabildo incluye un único asunto: la presentación y aprobación, si procede, del proyecto de restauración del magnífico manto procesional que las Madres Adoratrices culminaron en los años 50 del siglo XX para Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. Una decisión extremadamente llamativa toda vez que se adopta con un proceso electoral en ciernes.
Curiosamente, el candidato que aspira a ser futuro hermano mayor de la Corporación de San Pedro, Miguel Melguizo, anunció que ésta era una de las propuestas de índole patrimonial de su proyecto, -si bien él también apuesta por abordar la restauración del techo de palio y las bambalinas del altar itinerante de la dolorosa- por lo que dá la sensación de que el consenso respecto a la necesidad de acometer esta restauración es patente en el seno de la Hermandad del Miércoles Santo; cuestión aparte es la idoneidad del momento, tanto por la fecha del cabildo, ya entrado en periodo estival como por el hecho de que las elecciones están en el horizonte. Sea como fuere, serán los hermanos de la cofradía reunidos en asamblea los que tendrán que determinar si es el momento de emprender este proyecto o si por el contrario conviene esperar a que la Hermandad elija su próximo hermano mayor.
El manto de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo conserva el terciopelo original que fue estrenado en 1950 coincidiendo con la primera salida procesional en la cofradía de la dolorosa de San Pedro. Como curiosidad, en su bordado, realizado bajo diseño de Rafael Díaz Peno y que se culminó en 1953, participaron dos bordadoras que realizaban labores para las Madres Adoratrices de la Sierra, que vivían en Ciudad Jardín, en concreto en la calle Previsión. Es importante subrayar que, pese a que la pieza ha sido objeto de diversas limpiezas a lo largo de los años, no ha sido restaurado en profundidad nunca por lo que una intervención de estas características podría ser más que necesaria, más allá de que haya que someter a debate aspectos derivados como la fecha del Cabildo, la cercanía de las elecciones o el taller que deba cometer un trabajo de esta envergadura.